Cuando decides que es hora de tener un coche nuevo o necesitas equiparte con lo último para tu negocio, puede que te entren dudas entre el renting y el leasing. Son términos que escuchamos cada vez más, pero ¿sabes en qué se diferencian? ¡Sigue leyendo este artículo!
¿Qué es el renting?
Imagínate que puedes tener un coche sin preocuparte de nada más que de usarlo. Eso, básicamente, es el renting. Con esta modalidad, una empresa te alquila el vehículo a largo plazo a cambio de una cuota mensual fija.
- Sin líos al final del contrato: Cuando el contrato termina, simplemente devuelves el coche y puedes optar por otro.
- Perfecto para autónomos y empresas: Si trabajas por tu cuenta o tienes un negocio, el renting te permite desgravar las cuotas.
- Flexibilidad total: Puedes elegir la duración del contrato según lo que necesites, generalmente entre 2 y 5 años.
¿Qué es el leasing?
El leasing es como si estuvieras probando un coche o un equipo antes de decidir si lo compras. Durante el contrato, lo alquilas pagando una cuota mensual, pero al final tienes la opción de quedártelo pagando un valor residual.
- Posibilidad de compra: Al finalizar el contrato, puedes quedarte con el bien si quieres.
- Tú te encargas del resto: El mantenimiento, el seguro y otros gastos van por tu cuenta.
- Beneficio fiscal: Las cuotas son deducibles, pero solo en la parte correspondiente al alquiler.
- Pensado para inversiones a largo plazo: Ideal si sabes que vas a necesitar ese bien por mucho tiempo.
Renting vs. Leasing: ¿En qué se diferencian?
Estas son las principales diferencias entre renting y leasing:
- Propiedad del bien: En el renting, el bien nunca será tuyo. Lo utilizas durante el tiempo que dure el contrato y, al final, lo devuelves. En cambio, el leasing te da la opción de comprar el bien al término del contrato si decides ejercer la opción de compra.
- Servicios incluidos: El renting incluye todo lo necesario en una cuota fija: mantenimiento, reparaciones, seguros y otros servicios adicionales. En el leasing, estos gastos corren por tu cuenta.
- Flexibilidad: El renting se adapta mejor a diferentes necesidades, con contratos más cortos y opciones para renovar el bien con facilidad. Por otro lado, el leasing está pensado para compromisos más largos y suele ser menos flexible en este aspecto.
- Beneficios fiscales: Ambos ofrecen deducciones fiscales, pero el renting suele ser más ventajoso para empresas y autónomos, ya que permite desgravar el 100% de la cuota. En el leasing, solo se puede desgravar la parte correspondiente al alquiler.
- Usuario ideal: El renting es perfecto para quienes buscan comodidad y despreocupación total, mientras que el leasing es ideal para quienes prefieren tener el control del bien y ven la compra como una opción al final del contrato.
Ventajas fiscales del renting y del leasing
Tanto el renting como el leasing ofrecen ventajas fiscales interesantes para autónomos y empresas en España, aunque con algunas diferencias.
Ambos modelos permiten deducir las cuotas en el Impuesto sobre Sociedades para empresas o en el IRPF para autónomos, siempre que el bien esté relacionado con la actividad económica. En el caso del renting, es posible deducir el 100% de las cuotas mensuales como gasto operativo, lo que lo convierte en una opción atractiva por su simplicidad. Además, el IVA de las cuotas también puede deducirse, generalmente, hasta un 50% si el bien tiene un uso mixto (personal y profesional) o el 100% si se demuestra que se destina exclusivamente a la actividad profesional.
Por otro lado, el leasing también permite deducir los intereses financieros y la parte de las cuotas destinada a la amortización del bien. Una ventaja adicional del leasing es la posibilidad de aplicar una amortización acelerada, que resulta especialmente interesante para empresas pequeñas, ya que les permite amortizar el bien a un ritmo más rápido y optimizar su carga fiscal. En cuanto al IVA, al igual que en el renting, puede deducirse en función del uso profesional del bien.
En definitiva, tanto el renting como el leasing ofrecen ventajas fiscales significativas, pero la elección entre ambos dependerá de factores como la necesidad de propiedad al final del contrato y el enfoque fiscal más beneficioso para el negocio.
Al final del día, tanto el renting como el leasing son opciones válidas que se adaptan a diferentes necesidades y perfiles. Si lo que buscas es comodidad y olvidarte de los gastos adicionales, el renting será tu mejor aliado. En cambio, si tienes en mente adquirir el bien a largo plazo y no te importa asumir ciertos costes adicionales, el leasing podría ser la elección ideal. Síguenos en nuestro blog para más información, consejos, y artículos sobre novedades en el mundo del motor.
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